Seguimos remontando el río y el valle se hace más agreste... de vez en cuando hay buitres en el cielo, planeando lentamente en círculos, sustentados por corrientes de aire caliente...
En abrigos de estos riscos de cuarcita dejaron sus trazos los habitantes del valle desde el Neolítico... pinturas que representan animales, humanos y, quizás las que personalmente más me impresionan, unos trazos verticales que parecen haber sido pintados arrastrando los dedos impregnados en ocre por la roca...
La transparencia del agua y su frescura tientan a sumergirse en ella, a dejarla que se deslice por nuestra piel...
La delicia del baño en esta poza con color de esmeralda... las primeras gotas de la tormenta que se venía anunciando y que de pronto es un aguacero que recibimos en nuestra desnudez, agua que limpia por fuera y por dentro, que chorrea por las rocas y lo empapa todo...
Iniciamos el camino de vuelta... la reconstrucción de una carbonera nos recuerda los usos tradicionales en el valle... el carbón, el aprovechamiento del corcho de los alcornoques, antiguos trabajos vinculados al medio hoy desaparecidos...
9 comentarios:
Perfectamente entendido Isabel, este lugar y estas fotos enamoran.
Pronto creo que conoceras un amigo común que lleva para ti un abrazo de mi parte, ya recibí de él el que tu me mandaste.
Otro abrazo.
Hombre sentir sentir yo no,porque lo mio es el mar.Cuando me levanto por la mañana y veo la ria,el color del mar,los barcos,eso me hace sentir bien,el monte no me desagrada pero no es algo especial para mi.
Aunque me gustan los rios con sus aguas cristalinas y sus truchas nadando.Miro el monte y siento agujetas.
Preciosa fotos.
Saludos
Cuanto me alegra que te haya gustado, Tejón!!!
Ya veo que nuestro común amigo no se ha olvidado de mi "encargo", pero el tuyo...bueno, mejor mira el correo que te he enviado ;)
Abrazos
A ver, José Manuel, no me des envidia con lo de la ría ¿vale?... Yo echo en falta el mar aquí, pero también se disfrutar de los lugares maravillosos de esta provincia... me niego a tener que elegir entre mar y monte... me lo quedo todo!!!
Un abrazo
No Isabel yo no quiero dar envidia a nadie,simplemente a mi particularmente aunque aprecie el paisaje,si puedo evitar el monte lo evito es un lugar donde no me suelo encontrar agusto.De hecho cuando voy a Huesca estoy como gato enjaulado,me falta algo y ese algo es el mar.Me propuso mil veces mi yerno ir de marcha y dos mil veces me ha entrado un oportuno dolor de rodilla de mucho cuidado.Y eso que el conoce sitos de impresion,pero....el monte para quien le guste
Un abrazo
Yo soy de la opinion de mi marido el monte para las cabras a mi el mar y su aroma. Ah es solo mi modesta opinion porque veo que a muchos no les gustan las opiniones en contra de lo que a ellos les gusta pues creo que hay que saber respetar las opiniones dichas desde el respeto, bonitas fotos.
José Manuel, Pili, pues claro que si, cada uno tiene sus gustos... ya sabéis que para mi el mar es la vida, que envidio a los que lo teneis tan cerquita (pasé unos años junto a él y si antes de eso lo echaba de menos, despues de haberlo tenido al lado, ni os lo imagináis..., pero Batuecas tiene una "energía" especial... a ver si os animais a venir por aquí y os llevo, ya me direis...
un abrazo
La energía que se desprende de esas fotos, Isabel. Precioso lugar.
Para mí el monte y el campo es complementario al mar. Muchas veces necesito perderme por el monte después de haber estado perdido un tiempo en la mar.
Abrazos.
Hola, Jorge, perdona que haya tardado tiempo en contestarte pero el verano y las vacaciones me han tenido bastente "desconectada"! la naturaleza nos ofrece muchas posibilidades de disfrute y yo tampoco quiero renunciar a ninguna... cada lugar, cada paisaje, tienen su propia energía y unos y otros se complementan
Espero que estés pasando un verano estupendo.
Un abrazo
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