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lunes, 13 de abril de 2015

Figueira da Foz / Praia da Cova Gala / Portugal




¿Quién, estando en Coimbra, puede resistirse a seguir el último tramo del curso del Río Mondego y verlo desembocar en el Atlántico? Ya te lo imaginas, yo no.

 Son apenas cuarenta kilómetros por una carretera que discurre a lo largo de un valle de tierras fértiles, arrozales y salinas y que nos lleva a Figueira da Foz. 

 El faro instalado en la vieja fortaleza indica a los navegantes el babor de la entrada al ancho estuario. Desde esta perspectiva el oleaje que se aprecia al fondo y un rumor lejano de mar bravo me hacen preguntar qué playa es aquella, al otro lado del estuario -en Figueira en este momento las olas no son tan grandes- . Me dicen que es la playa de Cova Gala.

Para llegar hasta ella hay que cruzar un impresionante puente colgante... lástima que no pueda detenerme en él para contemplar con más calma, desde su gran altura, la panorámica del valle, las salinas y la desembocadura.

Ya en Cova Gala lo que era un rumor se convierte en un retumbar de olas que rompen en la arena.




Hacia el sur la vista se pierde en un festón de dunas doradas




El faro que se adivina allá lejos imagino que es el de San Pedro de Moel que ya ocupó hace años una entrada en este Cuaderno.




Va transcurriendo la mañana y, con sorprendente rapidez, el frente atlántico que se veía lejano sobre el Océano cubre de nubes un cielo poco antes azul y luminoso. El resplandor blanco de Figueira se va apagando...




Con la borrasca las olas crecen por momentos y rompen contra el espigón en un estallido de espuma




Un cielo cada vez más oscuro y la bruma que desprende el Océano hacen que la panorámica sea cada vez más fantasmal y tempestuosa. Me siento cómodamente dispuesta a disfrutar del espectáculo y, cómo no, a fotografiarlo...




Con el frente justo encima el viento sube y levanta la altura de las olas. 
















Tan rápido como llegó, el frente se aleja tierra adentro y el sol vuelve a brillar 




Han pasado unas dos horas y no me he movido del mismo lugar, completamente absorta, disfrutando de esos impresionantes cambios en la luz y el oleaje que hacen que cada momento del mar sea único y ... Fascinante!!!!