Sigo fotografiando esas redes que el sol dorado de la tarde matiza de colores y contrastes, mientras las sombras de los moliçeiros van estirándose en la arena...

La curva de la proa se recorta en colores intensos sobre un cielo tranquilo y azul...
.. que horas después oscurece un frente de borrasca atlántica llenándolo de nubes preñadas de agua...
Y el atardecer se hace ya casi noche... y la "saudade" me trae la voz de esa mujer que cantó el fado a corazón y garganta abiertos y que cuenta que "el fado nació un día en la proa de un velero, en el pecho de un marinero que estando triste cantaba"...