¿Seguimos recorriendo Valldemossa? ¿Seguimos perdiéndonos en su laberinto de callecitas de piedra dorada y macetas florecidas?...
En casi todas las fachadas pequeños azulejos cuentan -con un delicioso estilo naïf- momentos de la historia de la santa local, Santa Catalina Thomás
El ciclamen adorna macetas con su flor blanca, rosada o fucsia
También Rubén Darío, Santiago Rusiñol y Jorge Luis Borges pasearon estas calles ... En la actualidad otros artistas y artesanos encuentran en Valldemossa inspiración creativa
El chapoteo del agua juega con el silencio
El viejo lavadero guarda antiguas risas, cuchicheos y confidencias de mujeres entre jabón y ropa blanqueada
La Vespa roja pone ese curioso contrapunto de "modernidad" en este ambiente de épocas pasadas...
Termina nuestro paseo por Valldemossa. Espero que lo hayas disfrutado tanto como yo.
Siempre gracias por tu compañía.
6 comentarios:
Verano de 79... Supongo que habrá cambiado
No creo que mucho, Fermín, parece que el tiempo se hubiese detenido en sus calles
A juzgar por las magníficas fotos que has hecho de esta población, debe ser una delicia pasear por sus calles .
saludos
Lo es, Pini. Me alegra tenerte por aquí. Gracias por tu comentario. Un saludo
Que maravilla de fotos y como siempre,que lujo los detalles. AH, la luz de esa isla es maravillosa, mejo que los nubarrones grises.
Un abrazo.
El día no estaba claro del todo, Tejón, incluso llovió un poco mientras recorríamos Valldemossa, pero la luz mediterránea es especial, como también lo es la luz cántabra... distintas, complementarias!!! Un abrazo
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