Esta entrada se la dedico a Jesús y Mila quienes, siempre que visito su tierra cántabra, comparten conmigo un montón de rutas y lugares maravillosos. Gracias, amigos, por todos esos buenos momentos
Hemos recorrido impresionados el agreste y cerrado Desfiladero de la Hermida siguiendo el curso del río Deva. Los paredones verticales de los Picos de Europa entre los que transcurre el río se abren en el valle de Liébana, comarca histórica cuya capital es la villa de Potes.
Lebeña, un pequeño pueblecito rodeado de una espesa vegetación mediterránea -debida al especial microclima de la comarca- y de impresionantes roquedos y picos, guarda esta joya del perrománico cántabro.
Según documentos del año 924 fueron los Condes de Liébana quienes mandaron construir esta iglesia.
La planta es de basílica, con una nave central más ancha y alta que las dos laterales. En la cabecera se adosaron capillas laterales. El interior (que no se puede fotografiar en la visita) es un armónico conjunto de espacios y alturas. Los pilares que sustentan las bóvedas de cañón tienen columnas adosadas, y los capiteles siguen el estilo corintio, con delicadas ojas de acanto. El estilo mozárabe se manifiesta en la forma de herradura de los arcos. Es muy interesante una estela con grabados celtas, colocada en la parte baja del retablo.
El pórtico, añadido en el siglo XVIII, se abre al maravilloso entorno natural...
Al pie de la iglesia el pequeño cementerio
Los aleros están sustentados por modillones tallados también con símbolos solares celtas
Al fondo, mires donde mires, los Picos de Europa rodean el valle
Delicadas cenefas con motivos célticos ornamentan los viejos muros de mampostería
El campanario, edificación independiente de la iglesia, fue construído en el siglo XIX imitando los elementos arquitectónicos mozárabes
Junto a la iglesia se mantienen en pie los restos muertos del que fue un magnífico tejo milenario que hace pocos años no resistió un fuerte temporal. Bajo este árbol, se celebraban los concejos... pero otros tejos jóvenes acompañan Santa María de Lebeña y abren al otoño sus preciosos frutos, como campanitas, que brillan de un rojo encendido y casi traslúcido...
4 comentarios:
Mis ancestros,por vía paterna, son de esta comarca. Y yo sin conocer Lebeña...
Abrazo.
PD: ¿Como lo hacéis para retratar tan bien el paisaje, en imágenes y palabras?
Bien se merece Lebeña una entrada como esta, que bien captada su belleza.
Un abrazo y gracias,Isabel.
Buena tierra la de tus ancestros, Fermín... ya sabes que tienes una visita pendiente cuando vuelvas por Cantabria, que es la que pone todo el mérito y nos enamora.
Un abrazo
Siempre gracias a vosotros. La belleza está allí y Mila y tú me la descubristeis.
Un fuerte abrazo
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