Aún quedan temas pendientes de mi última visita a Cantabria y de la maravillosa ruta que Jesús y Mila me prepararon y que nos llevó desde la cespectacular costa al interior verde de la montaña cántabra. Desde un recodo de la carretera nos asomamos al Mirador de la Vueltuca y contemplamos Carmona, acurrucada en el valle del Nansa y protegida por bosques y montes.
La construcción tradicional de la montaña cántabra se despliega en balconadas y aleros cuidadosamente tallados y torneados en madera, que contrastan y armonizan con la mampostería de piedra....
Lo que Carmona ofrece al que recorre sus calles es el carácter de un pueblo donde la vida tradicional se mantiene, y los usos y labores están vivos. Para nada es el "pueblo antiguo-parque temático" donde todo está preparado para agradar al turista...
Los detalles ingenuos y cromáticos llaman mi atención y mi cámara se recrea captándolos
...rincones donde las cosas descansan como dormidas en el tiempo...
Casas sencillas y casonas se entremezclan en el trazado de las calles...
La curiosa e interesante iglesia tambien luce los tonos entre dorados y rosas de la piedra
La belleza del entorno la circunda de los múltiples verdes de prados, bosques y montes...
El abandono de algunos edificios aporta el encanto de lo decadente que señala la huella que ha dejado el tiempo
Escudos majestuosos blasonan fachadas señoriales
Por todos los lados surgen detalles que llaman mi atención... como verás no paré de enfocarlos y encuadrarlos, disfrutando además de una luz magnífica. Como el paseo nos abrió el apetito correspondía satisfacerlo de buena manera y nada mejor que un buen cocido montañés (de magnífico recuerdo ¿verdad Jesús?) para reponer fuerzas y saborear los estupendos productos de la tierruca. Lo siento, pero del cocido no hay documento gráfico ;)
Carmona es el pueblo de los albarqueros, oficio tradicional que aún se conserva.
Me llamó mucho la atención esta construcción. Se trata de un pequeño casillo que alberga multitud de útiles antiguos...
La parte inferior es una pequeña cocina, con su chimenea y todo tipo de cacharros de uso doméstico
Bajo el tejado, una especie de sobrado almacena aperos de labranza: yugos, cebillas (creo que se llaman así esa especie de collares de madera que se ponían a las vacas), cencerros. albarcas... todo un pequeño museo etnográfico
Un lugar encantador en un maravilloso valle... Cantabria tiene muchos sitios así de bonitos...
De nuevo gracias, Jesús y Mila, por descubrirmelos
10 comentarios:
Precioso lugar...
Un reportaje fotográfico fantástico la verdad, me alegro que además guarde la idiosincrasia y el carácter auténtico de pueblo rural. Un beso
Tu blog, Isabel, tiene un aire de "National Geografic" donde nos describes y descubres bonitos lugares con acertadas imágenes. Como acertada fue la elección del poema de Miguel Hernández para la noche de Reyes.
Bien hecho!
Que este nuevo año nos muestre una sonrisa, tan siquiera una mueca amable.
Mejor no se puede explicar,Isabel.
Un abrazo.
A que si, José Manuel??? y la compañía no te cuento nada que tu no sepas...
Un abrazo
Me gustan estos sitios que se mantienen tal cual son, sin la afectación de lo que está enfocado a las "visitas". Un abrazo, Marce
Salvando las distancias, Nautijorge ;)... ojalá sepa transmitir un poco de la esencia de esos lugares y esos instantes que me seducen. Esperemos esa sonrisa, aunque sea leve.
Un abrazo
Si tu lo dices, Tejón, que eres el experto en esa preciosa "tierruca" tuya (y que quiero como mía), me llena de orgullo... Pero el mérito vuestro, que sois unos maravillosos "guías".
Siempre un abrazo para vosotros
Feliz año nuevo, más vale tarde que nunca. Impresionantes fotos como siempre con la del maiz me has provocado para que vuelva a dibujar un bodegón que tenía muy parado a pastel. Si queda decente lo subiré al blog. Un beso.
Qué alegría volver a tenerte por aquí, Darkness Joe, y a leerte en tu blog. Es estupendo si te he provocado para pintar... espero que lo veamos y feliz año, que nunca es tarde.
Un abrazo
Publicar un comentario