Hace unos días regresé a esa Cantabria maravillosa, en concreto a la Playa de Luaña, en Cóbreces.
Al placer de reencontrar el mar se une el de volver a un lugar tranquilo donde me siento bien... En esta época del año sólo encuentro algún pescador o surfero y mi compañía es el rumor de las olas y las gaviotas que descansan en la arena. Siento que formo parte de todo lo que me rodea...
Estos días las mareas son grandes y dejan lagunas entre las rocas
Los primeros rayos del sol van iluminando la playa y las gaviotas se quedan quietecitas entrando en calor. El cielo está claro y despejado y la temperatura es estupenda.
Al fondo de la playa hay dunas y más allá comienza el verde y el monte. Me doy un paseo y encuentro flores en este otoño casi primaveral
Voy ascendiendo y desde un rincón del camino tengo una vista completa de la playa. La casita del tejado rojo es el hotel SanMar, en el que me alojo en una preciosa habitación con ventanales a la playa y al mar. Por la noche el sonido de las olas es lo último que escucho antes de dormir. Mayte y José María, sus dueños, son personas encantadoras que me hacen sentir como en casa y con los que comparto estupenda comida y charlas al calorcito de la chimenea. Espero que volvemos a vernos.
Va cayendo la tarde y la luz se va apagando en un juego de tonalidades cambiantes...
Azules y grises que se transforman en rosas y violetas que tiñen el mar...
Sobre las dunas, la luna creciente anticipa la noche
y le pido un deseo.... volver a disfrutar de este lugar maravilloso
8 comentarios:
Verdaderamente precioso el lugar,y el hotel mejor no puede estar situado.Me alegro hallas pasado tan buenos dias de descanso.
Un abrazo
Muy guapo,Isabel, pero las fotos de Prellezo tambien debieron quedar bien.
Un abrazo
Me han venido estupendamente, José Manuel... y ha habido muchas más cosas que ya irán saliendo.
un abrazo
Un poquito de paciencia, Tejón... que esos días han dado mucho de si -como tu sabes-. Hay muchas fotos y cosas que ordenar, comentar y amigos a los que recordar... ya verás
Qué bien te lo montaste, Isabel.
¡Espectacular!
Es cierto que la floresta anda un poco despistada, aquí también, no me extraña.
Me vienieron muy bien estos días, Jorge.Llevo una temporado muy liada y una pausa para conectar con el sol, la vegetación y el mar siempre viene bien.
Un abrazo
Preciosas vistas de un norte encantador. Y a más con buena gente. ¿que más se puede pedir?
Un abrazo y felices fiestas.
Nada más, José Antonio, nada más!!!
Un abrazo
Publicar un comentario