Fiebre

Sigo aquí, más o menos. Varios días sin escribir una sola línea, realmente todo lo que va de año (dicho así impresiona, pero es literal). Me secuestró la gripe en versión asesina de este invierno y ni ganas de nada. Ha sido un paréntesis que ha durado once días y que están en mi mente como una nebulosa, difusos, sin relieve.
La fiebre es una telaraña pegajosa que desdibuja la realidad. Nos envuelve y nos sentimos ajenos a nosotros mismos, nuestros sentidos los percibimos como si fueran de otro, hasta la piel la sentimos como si no fuese nuestra. Nos duelen los ojos, el pelo, las uñas y se diluye la frontera entre el sueño y la vigilia, la capacidad de pensar.
Ayer, por fin, me encontré algo mejor. El día era luminoso y tibio. Salí a la calle. Era como si estrenase el mundo y mi capacidad de sentirlo: las cosas de nuevo tenían contorno, relieve, brillo…y yo podía tocarlas, verlas, sentirlas…maravillosa sensación…renacer.

Escucha le versión de "Fever" del "Rey". La fiebre del amor, del deseo...fiebres que nos llevan al otro lado del espejo, "flipes" que nuestro cuerpo y nuestra mente generan y que nos llevan a otros niveles de la realidad y de nosotros mismos...

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