Estas fotos las hice a primeros de julio y en esta perecilla veraniega no había vuelto a publicar nada. Ellos me han comentado que no conocen el otro extremo del Ebro y les prometí que lo harían en mi próxima "marea".
Va por vosotros, queridos amigos...
Llegamos a Fontibre desde la cercana Reinosa, por una carretera que se dirige hacia el Alto Campoo. Desde las calles del pueblecito un sendero desciende entre las sombras del bosque. Robles, hayas, fresnos y chopos ponen verde y frescura en el intenso calor de los primeros días de julio en un paraje de cuento... ya divisamos el primer tramo del río...
En el fondo del valle, entre las rocas, surge el agua. Tradicionalmente se consideraba que el Ebro nacía aquí, en la "Fuentona", pero investigadores descubrieron que es fruto de la filtración del cercano río Híjar.
El Híjar nace en el pico Tres Mares, cántabro y palentino. Su nombre se debe a que de sus vertientes nacen tres ríos que desembocan en tres mares distintos: el Nansa que llega al Cantábrico, el Camesa que vierte aguas en el Pisuerga y este en el Duero -que llega al Océano Atlántico- y el Híjar que nutre el Ebro y que llegará hasta el lejano Mediterráneo.
Ya en sus comienzos el Ebro promete... acaba de brotar y ya tiene semblanza de río... llegará a ser largo y su caudal será el mayor de los ríos de España...
Una pequeña imagen de la Virgen del Pilar le habla de su futuro cuando sea "mayor" y haya recorrido muchas leguas para llegar a Zaragoza
El bosque esmalta esas aguas que muy lejos se abrirán en abanico en un magnífico delta en tierras de Tarragona para fundirse con el Mar Mediterráneo.
Una hornacina guarda otra imagen de la Pilarica. En su verja ciclistas que siguen con sus bicis el curso del Ebro dejan cintas como testimonio emocionado de su viaje.